Título original: Flowers in the attic.
Autor: V. C. Andrews.
Reseña.
Una historia impactante sobre como la ambición cambia a las personas.
Está historia comienza con la muerte del padre de esa familia, dejando desamparados a sus hijos y esposa, Corrine. Dos mellizos; Cory y Carrie, Cathy y Christopher. Esta situación obliga a la madre a contactar a sus padres, a quienes por una razón, estaba distanciada.
Corrine recibe una carta de su madre tiempo después donde le permite volver a casa.
Cuando llegan a la casa de sus abuelos, los niños son llevados a un ático donde no deben hacer ruido para evitar sospechas de que ellos se encuentran ahí. Las únicas personas que saben que ellos se encuentran en ese ático son su madre y su abuela, esta última es quien les lleva la comida.
Su madre les dice que pronto saldrán de ahí y vivirán felices todos juntos cuando su abuelo haya muerto, pues él no sabe que ellos existen, y que si se entera tendrían que irse. Cada visita se vuelve una repetición de lo que pasaría cuando el abuelo muriera, pues la razón del distanciamiento de Corrine con sus padres es que cometió un error a los ojos de sus padres que la vieron como lo peor por tales acciones. Pronto Cathy no ve futuro porque su abuelo no parece ser que muera pronto, comienza a exigir a su madre que haga algo porque no pueden seguir viviendo en el ático, lo que la lleva en un momento determinado a salir del ático, que pronto se da cuenta de lo que estaba haciendo su madre, y cuando por fin entiende todo, es bastante tarde para remediar el daño que ha provocado Corrine.
Hablaré sobre los puntos buenos que tiene la historia.
La narración. Vemos que está escrito desde el punto de vista Cathy, una chica de 12 años. Suelo preferir libros escritos en tercera persona, por la razón de que se puede saber qué está pasando y qué piensan los otros personajes involucrados en la historia, pero en este caso, la autora me ha hecho amar a Cathy con la narración porque sentí toda esa angustia que pasaron, cada momento se sentía real y podía leer e interpretar algunos sentimientos por parte de los otros personajes, lo que Cathy veía en los demás me lo transmitía.
Los personajes. Wow, en serio amé cada personaje, incluidos los antagonistas de la historia. No me malinterpreten, no amo sus acciones, amo que estos personajes hayan sido tan reales, cada uno tenía su propia actitud que me hicieron amarlos por completo. Cathy, una chica coqueta que ve la verdad detrás de su madre. Christopher, leal a su madre, ambición por crecer y resposable. Los niños, como todo niño puede ser son inquietos, no saben lo que pasa alrededor y solo quieren jugar. Corrine, una construcción perfecta del personaje, aunque aun no me ha convencido su transición de buena a mala. La abuela... Oh dios, es una persona muy arraigada a su religión, dura y no siente afecto alguno por sus nietos.
La trama. En sí, la historia creó polémica por el tema que se desarrolla, pero dado que la autora llevo muy bien el tema, lo amé.
Interpreto que lo que pasó con Cathy y Christopher sucedió por las persistentes acusaciones de su abuela, diciendo que ellos eran iguales a sus padres, que llevaban la maldad en ellos y que pecarían pronto, y por supuesto, ellos estaban en una etapa de la pubertad, viviendo en un lugar pequeño con dos niños que cuidaban como si fueran sus padres. No diré nada, no quiero hacer spoiler.
Lo que no me gustó.
El desarrollo del libro avanza muy lento, como he mencionado antes, la narración en primera persona no es mi preferido porque no sé qué sucede fuera del entorno de quien narra, y eso es lo pasa aquí, no sabes que sucede fuera del ático y cada día que pasan dentro solo se centra en cómo viven ellos encerrados sin poder salir y sin poder hacer ruido, al final se me hizo monótono y fue hasta casi el final que todo se descubre.
En conclusión, Flores en el ático es un historia envuelta en tragedia, ambición, rencor y odio. Pero también de unión.
Calificación 4.5/5
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